El lifting facial, también conocido como ritidectomía, es un procedimiento quirúrgico cuyo objetivo es mejorar el aspecto de la cara y el cuello mediante la eliminación del exceso de piel y grasa y el estiramiento de los músculos subyacentes.
La cirugía de lifting facial tiene como objetivo crear un aspecto más joven, fresco y rejuvenecido mediante la restauración de la definición y el contorno de la cara y el cuello. La operación puede tratar diversos problemas, como la flacidez de la piel, las arrugas profundas, la papada y la pérdida de volumen facial.
La cirugía de lifting facial está recomendada para las personas que presentan signos de envejecimiento en la cara y el cuello, como piel flácida, arrugas profundas y pérdida de volumen facial. Los mejores candidatos para la cirugía de lifting facial suelen ser adultos sanos que tienen expectativas realistas para la intervención y se comprometen a mantener un estilo de vida saludable.
Es importante que los candidatos tengan una buena elasticidad cutánea y una estructura ósea facial subyacente fuerte para lograr resultados óptimos con la intervención. También deben ser no fumadores o estar dispuestos a dejar de fumar durante un tiempo antes y después de la intervención, ya que puede aumentar el riesgo de complicaciones y afectar a la recuperación.
La consulta con un cirujano plástico experimentado es necesaria, al igual que con todos los procedimientos quirúrgicos, para determinar si la cirugía de lifting facial es adecuada para el caso de la persona y para discutir los riesgos potenciales, los beneficios y los resultados esperados del procedimiento.
Si una persona está pensando en someterse a un lifting facial, puede seguir varios pasos para prepararse para la intervención y optimizar los resultados. A continuación se ofrecen algunos consejos de preparación habituales.
La cirugía de lifting facial suele realizarse bajo anestesia general y puede durar varias horas. A continuación se ofrece una visión general del procedimiento.
La técnica exacta utilizada durante el procedimiento varía en función de cada caso y de los resultados deseados. Por ejemplo, un minilifting facial puede implicar incisiones más pequeñas y una manipulación del tejido menos extensa que un lifting facial completo.
El cirujano evalúa cada caso individual y analiza las técnicas más adecuadas para lograr los mejores resultados posibles.
La recuperación de la cirugía de lifting facial (facelift) puede llevar varias semanas, y es vital escuchar atentamente las sugerencias postoperatorias del médico para minimizar el riesgo de complicaciones y optimizar los mejores resultados. Los pacientes pueden experimentar cierta hinchazón y hematomas alrededor de la cara y el cuello después de la cirugía. Esto es normal y suele desaparecer al cabo de varios días o semanas.
Es importante mantener las zonas de incisión limpias y secas para minimizar el riesgo de infección. El médico proporciona instrucciones detalladas sobre cómo cuidar los cortes. Los candidatos deben acudir a varias citas de seguimiento con el cirujano para controlar su evolución y asegurarse de que las incisiones cicatrizan correctamente.
También es posible que tengan que llevar una prenda de compresión alrededor de la cara y el cuello durante varias semanas después de la intervención para ayudar a minimizar la inflamación y mejorar la cicatrización.
La longevidad de los resultados depende de diversos factores, como la edad del paciente, su genética y sus hábitos de vida. En general, los resultados de un lifting facial pueden durar entre cinco y diez años o más.
Aunque la cirugía de lifting facial implica incisiones, los cirujanos hacen todo lo posible por minimizar las cicatrices visibles. Los cortes suelen realizarse en lugares poco visibles, como detrás de las orejas o a lo largo de la línea del cabello.
Depende de algunas situaciones. Sin embargo, un cirujano experto siempre pretende conseguir resultados de aspecto natural que realcen los rasgos faciales del paciente y le devuelvan un aspecto más juvenil.