El cruce duodenal (Duodenal Switch) es un tipo de cirugía de adelgazamiento que combina técnicas restrictivas y malabsortivas para ayudar a los pacientes a conseguir una pérdida de peso significativa. El cirujano extirpa parte del estómago y desvía el intestino delgado para limitar la absorción de calorías y nutrientes. La primera parte de la intervención de cruce duodenal es similar a una gastrectomía en manga, en la que se extirpa parte del estómago para crear una bolsa estomacal más pequeña. Esto ayuda a limitar la cantidad de comida que se puede consumir de una vez, lo que reduce la ingesta de calorías.
El cruce duodenal es un tipo de cirugía bariátrica que combina elementos de la gastrectomía en manga y el bypass gástrico. El procedimiento consiste en la extirpación de una gran parte del estómago para crear una estructura en forma de manga, similar a la cirugía de manga gástrica. La diferencia radica en la forma en que se desvía el intestino delgado para permitir la derivación de los alimentos. En una intervención de DS, se desvía el duodeno (la primera parte del intestino delgado), lo que reduce la absorción de nutrientes y aumenta la pérdida de peso en comparación con la cirugía de manga gástrica sola.
Con la DS se puede perder mucho peso y mejorar los problemas de salud relacionados con la obesidad, como la diabetes de tipo 2, la hipertensión arterial y la apnea del sueño. Sin embargo, también tiene un mayor riesgo de complicaciones, como desnutrición y obstrucción intestinal, y normalmente sólo se recomienda a pacientes con un IMC de 50 o superior.
Es importante analizar todas las opciones con un cirujano bariátrico y considerar detenidamente los posibles riesgos y beneficios de la intervención antes de decidirse.
La cirugía de Switch Duodenal (DS) se recomienda normalmente para los pacientes con un IMC de 50 o superior, o para aquellos que no han visto resultados satisfactorios de otros esfuerzos de pérdida de peso.
Los candidatos ideales para el procedimiento deben tener intentos significativos de pérdida de peso y los fracasos con la dieta, el ejercicio y otros métodos de pérdida de peso. Otro requisito es tener un IMC de 50 o un IMC de 40-50 con problemas de salud relacionados con la obesidad, como diabetes de tipo 2, hipertensión, apnea del sueño y otros.
Pueden optar a este procedimiento quienes se comprometan a cambiar su estilo de vida, lo que incluye seguir una dieta sana y un régimen de ejercicio.
También es un requisito importante que el candidato a la intervención goce de buena salud general y no padezca afecciones médicas que aumenten el riesgo de complicaciones derivadas de la cirugía.
Es importante señalar que un cirujano bariátrico o especialista cualificado determinará cuál es el mejor candidato para la cirugía de DS mediante una evaluación exhaustiva de su historial médico, su estado de salud actual y otros factores. Los profesionales sanitarios cualificados también tendrán en cuenta otras afecciones médicas, medicaciones y restricciones dietéticas antes de realizar cualquier recomendación.
El proceso de recuperación después de la cirugía de Cruse Duodenal (SD) suele progresar en varias etapas, que incluyen.
Es importante recordar que el proceso de recuperación de cada paciente es único y puede evolucionar de forma diferente. Se debe solicitar asesoramiento profesional a un cirujano experto para obtener recomendaciones y directrices específicas para el proceso de recuperación, teniendo en cuenta el estado de salud del paciente y otros factores.
Como todas las intervenciones quirúrgicas, la cirugía de SD conlleva riesgos, como hemorragias, infecciones y reacciones adversas a la anestesia. El procedimiento también tiene un mayor riesgo de desnutrición y obstrucción intestinal en comparación con otros procedimientos bariátricos.
La cirugía de DS puede producir una pérdida de peso significativa y una mejora de las condiciones de salud relacionadas con la obesidad, pero el éxito depende del compromiso del paciente con una dieta saludable y un régimen de ejercicio después de la cirugía.
El proceso de recuperación suele implicar una estancia hospitalaria de 2-3 días, una vuelta gradual a las actividades normales y un seguimiento a largo plazo para garantizar los mejores resultados de la cirugía.