El botox gástrico, también conocido como terapia de inyección de toxina botulínica para el estómago, es un procedimiento médico que consiste en inyectar pequeñas cantidades de botox (toxina botulínica) en los músculos del estómago. El procedimiento tiene por objeto tratar ciertos trastornos digestivos, como la gastroparesia, una afección en la que el estómago no se vacía correctamente, provocando síntomas como náuseas, vómitos e hinchazón.
El tratamiento con Botox gástrico es un procedimiento mínimamente invasivo en el que se inyecta toxina botulínica en determinadas zonas del estómago. La finalidad de este tratamiento es reducir las contracciones del estómago, lo que provoca una sensación de saciedad y una disminución de la ingesta de alimentos.
El tratamiento con Botox gástrico se realiza con anestesia y suele durar entre 30 y 60 minutos. Durante el procedimiento, se introduce un tubo fino y flexible (endoscopio) en el estómago a través de la boca del paciente. A continuación se inyecta toxina botulínica en los músculos de la pared del estómago mediante una aguja conectada al endoscopio.
El tratamiento con botox gástrico se recomienda a personas con sobrepeso u obesidad que buscan una alternativa mínimamente invasiva a otros procedimientos de pérdida de peso. El candidato ideal para el tratamiento con botox gástrico debe reunir algunos criterios.
El coste del tratamiento con Botox gástrico no suele estar cubierto por el seguro, ya que se considera un procedimiento cosmético. Es importante hablar con su asesor de seguros para determinar su cobertura específica y tener una idea clara de los costes de los que será responsable. Algunos proveedores de seguros pueden ofrecer cobertura para otros procedimientos de pérdida de peso, como la cirugía bariátrica, pero esta cobertura puede tener ciertos requisitos y restricciones.
El efecto del tratamiento con Botox gástrico puede durar varios meses, pero la duración exacta del efecto puede variar de una persona a otra. Pueden ser necesarios tratamientos repetidos para mantener el efecto deseado.
Los efectos secundarios potenciales del tratamiento con Botox gástrico incluyen náuseas, vómitos, hinchazón, estreñimiento y dolor abdominal. Estos efectos secundarios suelen ser temporales y se resuelven por sí solos en unos días o una semana. En raras ocasiones pueden producirse efectos secundarios más graves, como infecciones, hemorragias y reacciones a la toxina botulínica.